Los actores somos personas con una gran actividad emocional interior. Precisamente por esto, muchas veces le damos demasiadas vueltas a nuestras inquietudes, hasta que éstas se vuelven tóxicas. Al final, esta clase de pensamientos acaban causándonos daño, ansiedad, o nos restan ilusión por esta profesión que tanto nos apasiona.
Como no es fácil darse cuenta de que nos estamos intoxicando con ciertos pensamientos, en este post te ayudaremos a que identifiques los más habituales y te explicaremos cómo ponerles remedio. ¡Ayúdate a ti mismo y “piensa limpio”!
“Me ha salido mal la actuación”
Al terminar tu interpretación, ya sea en clase, en un casting, frente a una cámara o en un teatro, es muy probable que tengas una reacción de frustración por no haber realizado una actuación perfecta, e incluso te sientas culpable por no haber aprovechado la oportunidad de ofrecer lo mejor de ti.
Si eres un actor muy exigente contigo mismo, seguramente tiendas a pensar que tu trabajo actoral no tiene la calidad suficiente. Sin embargo, pensar así solo te restará energía y te contaminará de pensamientos tóxicos. ¡Cambia el chip!
Las actuaciones no salen ni bien ni mal, siempre hay factores que han funcionado y otros que debemos seguir trabajando. Conviene que, tras una interpretación, te pares a analizar detenidamente todos los aspectos positivos y todos los aspectos de mejora. Ya verás como no todo es blanco o negro, sino que puedes sacar cientos de matices, además de cientos de razones para salir reforzado.
“No entienden mi profesión”
En más de una ocasión te habrás sentido como un bicho raro por ser actor. Seguramente tu familia y amigos te apoyen, porque te quieren, pero puede que no acaben de entender lo que haces. Y es distinto apoyar que entender. Es entonces cuando te sientes incomprendido, y se te llena la cabeza de pensamientos tóxicos. ¡Cortemos esta situación!
No puedes dar por hecho que todo el mundo ve las cosas tan claras como las ves tú, o piensa como piensas tú. Si no han trabajado nunca en el sector, es posible que además tengan sus propios recelos y miedos por desconocimiento acerca de cómo funciona todo esto.
Es necesario que tengas paciencia para explicarles bien a lo que te dedicas, compartir con ellos los objetivos que te has marcado y hacerles comprender lo importante que es para ti ser actor. A lo mejor ellos también necesitan lo mismo en sentido contrario, es decir, que tú también entiendas sus inquietudes y su trabajo, se dediquen a lo que se dediquen. La única manera de construir relaciones sanas es a partir de una buena comunicación.
“Hasta que no salga en una serie seguiré sin tener éxito”
Quizá pienses que hasta que no trabajes en una serie de televisión con un personaje fijo no conseguirás tener éxito profesional. Puede incluso que tengas a lo largo del año muchos otros proyectos de teatro, cortometrajes, publicidad, webseries…, pero crees que la televisión es la clave para que te valoren de una vez como actor. Sentimos decirte que estás muy equivocado y que pensar así deslucirá al resto de trabajos que te lleguen. ¡Fuera este pensamiento tóxico!
La televisión consigue que seas conocido rápidamente, y con la misma velocidad que seas desconocido. Por tanto, los actores que obtienen un papel relevante en televisión disfrutan de una cierta popularidad, sobre todo mientras dura el trabajo, creyendo que a partir de entonces les llamarán de todos lados. Sin embargo, esta popularidad en seguida se esfuma como por arte de magia, y se dan cuenta de que no les garantiza más castings ni trabajos en el futuro.
Recuerda siempre que hay muchos otros proyectos, ya sean audiovisuales o de artes escénicas, que te pueden dar tanta reputación, visibilidad y reconocimiento, o incluso más, que aparecer en una serie de televisión. Así que nunca hagas de menos un trabajo, sea del tipo que sea, porque no sabes el alcance que puede llegar a tener.
“No me sale nada, ni parece que me vaya a salir”
Hay rachas en las que parece que se acumulan proyectos y castings, y otras en las que no hay manera de que surja algo. Parece como si se hubieran olvidado de ti. Es entonces cuando comienzan a invadirte cientos de pensamientos tóxicos: “No me seleccionan para nada”, “no aporto nada nuevo”, “siempre trabajan los mismos”, “será que no valgo para esto”… Qué sensación más desagradable. ¡Cambiémosla!
En primer lugar, te recomendamos que no te compares tanto con los demás. Cada actor lleva su ritmo y descubre sus propias oportunidades. Si alguien no para de trabajar, deberías alegrarte por él en vez de quejarte, porque tú en su lugar harías lo mismo: trabajarías tanto como pudieras. Y es que, al final, quien piensa en positivo, atrae un destino positivo. Así que olvídate de los demás y céntrate en ti.
En segundo lugar, debes recordar siempre que el trabajo del actor es variable, no es estable. Sabemos que te encantaría encadenar un proyecto tras otro, pero prácticamente ningún actor puede afirmar que lo haya conseguido durante toda su carrera, de principio a fin, por muy reputado que sea. Todos, en algún momento, han tenido que sobrellevar la incertidumbre de si saldrá pronto algún proyecto interesante. Por tanto, es normal en nuestra profesión tener estos parones laborales, pero la forma de sobrellevarlos depende de ti: puedes dejarte llevar por el fracaso o puedes aprovecharlos para realizar con calma una buena estrategia de carrera.
Ya sabes que si necesitas ayuda para ello, en Premiere Actors te podemos orientar a través de nuestras sesiones de asesoría. ¡Que nada te frene!
