Como actor, antes de prestar tus servicios de interpretación a un productor, debes firmar un contrato de trabajo. Este contrato, que tiene naturaleza laboral, debe reunir una serie de características que debes conocer y tener en cuenta.
La situación varía en función de si te encuentras representado o no.
Si tienes representante o agencia, puedes tener dos tipos de relación con ellos:
- Si sólo has firmado un contrato de representación, normalmente serán ellos quienes negocien las condiciones de tu trabajo, pero no debes olvidar que ellos actúan como intermediarios entre el productor y tú, que sois las partes interesadas. Esto significa que si hay algo que no te cuadra, se lo debes comentar a tu representante para que haga todo lo posible por modificarlo, y hasta que no firmes no se cerrará el contrato.
- Si además has firmado un poder notarial con tu representante en el que le permites que negocie y contrate en tu nombre, sin que tú estés presente, esto presupone que tienes confianza ciega en lo que éste pacte con el productor. Aun así debes conocer tus derechos para saber si está gestionando bien tu carrera.
Si no tienes representante, contratarás directamente con el empresario. Esto tiene un lado positivo, y es que nadie se quedará una comisión por lo que vayas a cobrar. Sin embargo, deberás conocer bien tus derechos para que el productor no se aproveche de la situación.
Los contratos por escrito
Es obligatorio que los contratos de interpretación para trabajar como actor en una obra audiovisual consten por escrito.
Hay que tener en cuenta que el margen de negociación entre la productora y tu (o tu representante o agencia, en caso de que tengas) es muy amplio, por lo que es totalmente imprescindible fijar por escrito las condiciones de tu trabajo, que pueden ser de lo más variadas: más o menos remuneración, más o menos duración, cesiones de derechos más o menos amplias…
El hecho de que conste por escrito, además, garantiza que si en el futuro hay algún problema y tienes que reclamar, sepas exactamente en qué términos acordasteis que prestarías tu trabajo (por cuanto tiempo, en qué condiciones, cuáles eran los límites, cuanto ibas a cobrar…). Debes recordar que los contratos sirven, entre otras muchas cosas, para resolver los conflictos que puedan surgir. Por ello, si no hay contrato, el empresario puede pagarte menos, explotar tus derechos durante muchos más años… y el actor suele tener las de perder cuando es la parte menos fuerte (porque “las palabras se las lleva el viento”).
Una pequeña reflexión… en publicidad no se suele hacer contratos a los actores, ¿por qué será?… la respuesta la sabemos todos.
Contenido mínimo del contrato
Cuando tenemos un contrato audiovisual delante, siempre deberemos revisar que contenga una serie de puntos:
- Identificación de las partes: Por un lado el productor o empresa de producción audiovisual, y por otro el actor, es decir, tus datos. En caso de que tengas representante, habrá que identificarle también.
- Título de la producción, ya sea provisional o definitivo
- Personaje o papel que vas a interpretar, así como tu categoría laboral, que puede ser protagonista, secundario o de reparto
- Duración del contrato, indicando las fechas de comienzo y fin del rodaje, y el número de sesiones, semanas o meses
- Remuneración que percibirás
- Ensayos: se debe incluir el número de días, la fecha y la remuneración de los mismos (en caso de que se paguen)
- Emplazamientos en los que va a tener lugar el rodaje o doblaje
- Fechas en las que va a tener lugar el doblaje
- Declaración por la que cedes al productor expresamente los derechos de propiedad intelectual, indicando para qué plazo y ámbito geográfico realizas esas cesiones
- Tipo de jornada (continuada o partida)
Los contratos muy claritos
El contenido del contrato no tiene por qué estar escrito de una forma difícil de entender, ni tiene por qué ser muy técnico. Muchas personas creen que si el lenguaje es parecido al del Quijote de Cervantes, estará mejor hecho… error.
Un contrato es un compromiso al que llegan dos o más personas (partes), por lo que si una no entiende algo, se creará una situación de inferioridad e inseguridad para ella. Por todo esto, si las cosas no están claras, desconfía. Es muy importante que el contrato se comprenda bien, así que si encuentras alguna parte de la redacción que te cree dudas o inseguridad, deberás aclararlo antes de firmar.
Desde Premiere Actors te recomendamos que apuestes por la claridad y la transparencia a la hora de vincularte a un contrato de trabajo. Tómate tu tiempo, revisa detenidamente cada una de las cláusulas que contenga, no des nada por bueno sin entenderlo y pregunta todas dudas.
¿Alguna vez has sentido que se aprovechaban de ti cuando firmabas un contrato? Comparte tu experiencia con nosotros y ayuda a otros actores a que no pasen por la misma situación.
Si te has encontrado con alguna parte del contrato que te cuesta más entender o tienes más dudas, nuestros abogados estarán encantados de resolvértelas.