La interpretación nos ofrece un mundo de infinitas posibilidades, pero cuando tienes la sensación de que no consigues tus objetivos acabas echando la culpa a la industria, al ministerio de cultura, a tu falta de experiencia, a esos directores de casting que pierden la paciencia con tanta facilidad o a los representantes que no quieren abrir su cartera de representados. Si lo piensas, a pesar de todas estas dificultades, sigue habiendo artistas que logran hacerse un hueco en la industria. ¿Por qué no podrías ser tú uno de ellos? La respuesta es más sencilla de lo que podrías pensar: en la mayoría de los casos, el que realmente te está frenando eres tú mismo.
Hablamos de esos frenos psicológicos, sociales o culturales los que nos impiden perseguir nuestros sueños para hacerlos realidad, pero que sin embargo son necesarios para crecer como profesionales, porque son los que nos modelan.
Veamos a qué dudas y miedos nos enfrentamos la mayoría de nosotros:
1. El síndrome del impostor
A muchos nos cuesta reconocer este síndrome, pero es muy común, sobre todo cuando empezamos. A pesar de aprender y superarnos constantemente, nos sentimos un fraude, especialmente cuando conseguimos nuestros primeros trabajos. Para que lo entiendas, es algo así como: “¿Quién soy yo para merecer esta oportunidad? Si no soy nadie, no tengo experiencia…”.
No pasa nada si te vienen estos pensamientos en algún momento; es normal. Pero si permaneces con esta mentalidad, puedes estar frenar tu carrera sin querer. Por ejemplo, los nuevos contactos que hagas en esta industria siempre serán de gente que se encuentra en el mismo nivel profesional que tú o incluso por debajo, porque son con los que te sientes cómodo, y dejas pasar ciertas oportunidades de conocer a otros que son precisamente los que más te aportarán, por su mayor nivel de conocimientos y experiencia. En otras palabras, crees que esas personas están pensando “¿Quién se cree este actor que es?” y como consecuencia no te acercas a entablar una conversación, a pesar de que deberías.
Cuando no te ves fuerte a ti mismo es más probable que avances de puntillas en vez de dando grandes pasos.
Si crees que puedes padecer este síndrome, intenta solucionarlo de la siguiente manera:
- Recuérdate a ti mismo que aunque te sientas un impostor, eso es solo un pensamiento, y no todo lo que está en tu cabeza tiene por qué ser realidad. Incluso si ves que tienes dificultades para despegarte de esta idea, puedes reconocerla, y por lo tanto deshacerte de su impacto negativo.
- Evalúa objetivamente tus logros.
- Pregúntate qué estarías haciendo si no sufrieras este síndrome… y hazlo.
2. “O todo o nada”
Cuando llegó el momento de tomar la decisión de convertirte en actor posiblemente pensaste: “¿Y si fracaso después de todo?”, pero aun así seguiste tus instintos. Bien hecho, porque muchos se quedan en esa fase y nunca dan el salto para al menos intentarlo. Sabes que aunque las cosas te acaben yendo mejor o peor, nunca te quedará esa espinita de no haber vivido esta experiencia.
No obstante, esa sensación de “todo o nada” nos invade en nuestro día a día y nos impide embarcarnos en grandes proyectos.
Para ser visible en internet necesitas hacer muchas cosas: tu web, tener que estar actualizando todo constantemente, promocionar tu material y darlo a conocer tan pronto como tienes algo nuevo… En definitiva, te angustias solo de pensarlo. Es un ejemplo, pero puedes aplicar esa misma sensación de estar desbordado a cualquier asunto de esos que tienes pendientes desde hace tiempo pero que nunca encuentras el momento de llevar a cabo.
Tienes la sensación de que como no vas a ser capaz de hacer todo, entonces es mejor no hacer nada por el momento. El problema es que sigues y sigues esperando a la ocasión ideal, y nunca llega.
Sin embargo, es mejor empezar a hacer las cosas según se adapten a nuestras posibilidades. Cualquier tarea al principio nos resulta difícil y nos lleva tiempo, pero a medida que la vamos dominando podemos ir incorporando nuevos retos, y nuestra voluntad por cumplir nuestros objetivos crecerá sin darnos cuenta.
Haz lo siguiente:
- Sé consciente de que el ser humano nunca la alcanza la perfección, así que no te obsesiones con ello.
- Minimiza la tarea hasta no te agobie y empieza por la parte que menos te cueste o que creas que es la más importante. Una vez empieces, todo podrá mejorarse. En el arte y en la vida todo se aprende, es cuestión de prueba y error, prueba y error.
3. Intolerancia a los obstáculos
No importa lo preparado que estés o el talento que tengas. En esta profesión te encontrarás con el “no” día tras otro: te harán críticas negativas, te ignorarán y algunos incluso te tratarán de manera despectiva sin merecerlo.
No pretendemos que te vuelvas insensible a este tipo de actuaciones, pero indudablemente necesitarás aprender a tolerar todas estas emociones negativas.
¿Cómo puedes hacerlo?
- Acepta tu sensibilidad en vez de volverte contra ella. Experimenta tus reacciones naturales y aprende a manipular tu inteligencia para deshacerte rápidamente de los pensamientos negativos.
- No esperes el éxito del 100% de todo lo que hagas, sino un porcentaje menor. Es mejor sorprenderte por algo que no te esperas para bien que para mal.
(Si quieres ampliar sobre este tema, lee cómo superar el rechazo en los castings).
4. Miedo a pedir ayuda
Por una extraña razón, todos pensamos que somos nosotros los que tenemos que salir adelante por nosotros mismos.
Queremos dejar claro que las personas no pedimos ayuda porque seamos unos fracasados, sino porque nadie sabe de todo en este mundo. Hay miles de cosas que podrás hacer tú mismo, pero también hay cosas en las que avanzarás de manera más rápida y sólida con la ayuda de los expertos o de la gente que te rodea.
Por tanto, pide opinión constantemente sobre lo que te preocupa a tus compañeros, amigos, familiares u otros profesionales, y no temas a los que te intentan ayudar.
En Premiere Actors también estamos para lo que necesites. Si quieres asesoramiento sobre cómo dar tus siguientes pasos en tu carrera, nosotros te podemos ayudar a través de nuestra Orientación Artística, te encuentres donde te encuentres en el mundo. ¡No te sientas perdido nunca más!