Existen dos tipos de críticas negativas:
- Las que, a pesar de que nos duele oírlas, se realizan con respeto y con la intención de hacernos mejorar. A estas se les llama críticas constructivas, precisamente por eso, porque nos ayudan a construir una versión mejor de nosotros mismos. Este tipo de crítica es, por ejemplo, la que te llega de un profesor que te explica en qué has fallado y cómo puedes mejorar, o de un amigo que se sincera contigo desde el respeto, con el ánimo de ayudarte.
- Las críticas destructivas, sin embargo, son las que algunos ejercen solamente para hacer daño, a base de insultos y pasando por alto cualquier norma de educación. A este grupo pertenece cualquier persona que carezca de tacto, empatía y educación o, llevado al extremo, los haters.
Vivimos en la era de la libertad de expresión y parece que eso da derecho a algunos a saltarse el respeto hacia los demás. Y por eso, a estas últimas, a las hechas con mala intención, nos acabamos enfrentamos todos tarde o temprano, especialmente si tenemos perfiles en las redes sociales. Hoy queremos analizar esta situación y darte algunos consejos para resolverlas mejor. ¡Ojalá con nuestra ayuda la vivas con un poquito menos de angustia y evites caer en la desmotivación!
Cómo sobrevivir a las críticas destructivas
A los cientos de comentarios buenos parece que no les prestamos tanta atención, pero una sola mala crítica entre ellos puede resultarnos devastadora.
Y sin embargo, ¿sabes una cosa? Todos los actores sobreviven a los malos comentarios y también lo harás tú.
Para afrontarlos, lo primero que debes saber es por qué se producen:
- Por envidia: Compañeros de profesión podrán sentir celos porque has conseguido ese papel, porque tienes alguna habilidad especial, más carisma para conectar con tu público o porque parece que consigues todo lo que te propones. Pueden incluso ser tus conocidos los que se sientan celosos porque trabajas en algo que te apasiona o porque, al contrario que ellos, has encontrado tu verdadera vocación. Gente envidiosa hay en todos lados y, aunque no sean siempre muy directos, sí pueden hacer pequeños comentarios que duelan. Si esto empieza a pasarte, recuerda que estas situaciones se dan justo porque las cosas te están yendo bien. Quién lo diría, ¿verdad? ¡Es incluso una buena señal!
- Por llamar la atención: Realmente las personas que hacen daño a intención son personas que tienen una baja autoestima, y hundir a los demás es su manera de demostrar que “son superiores”, que tienen el control. Se caracterizan por sus comentarios de dos tipos: “no tienes ni idea/no entiendes absolutamente nada/es lo más absurdo que he visto en mi vida” o el insulto por el insulto, y se alimentan del conflicto que generan.
Una vez has comprendido los motivos por los que se producen las críticas destructivas, serás más capaz de restarlas importancia y podrás resistirlas mejor. Te damos algunas ideas para ello:
- Transmite un mensaje positivo. En el modo en el que tú te comuniques con los que te rodean, recibirás el mismo tipo de respuestas: Lo positivo atrae lo positivo, la queja a la queja, las penurias a las penurias…
- En la misma línea del positivismo, cuando necesites feedback, por ejemplo ante un ensayo que has realizado, pregunta “en qué puedes mejorar” en vez de “qué has hecho mal”. De esta manera la respuesta que obtendrás podrá ser “deberías intentar vocalizar un poco más” (crítica constructiva) en vez de “no te he entendido nada en absoluto” (crítica negativa que no aporta nada para que puedas mejorar).
- No te justifiques. Si el objetivo de alguien es solo hacerte daño, por mucho que expliques por qué has actuado de tal manera, va a seguir atacándote y la conversación no tendrá fin. Las justificaciones resaltan tu inseguridad. Si te encuentras yendo a la defensiva, probablemente estás haciendo algo mal: le estás dando la razón.
- No alimentes el conflicto. Para sentirse superiores, los haters siempre querrán tener la última palabra. Por eso, evita el “Entiendo, pero no estoy de acuerdo porque…”, ya que vuelves a la conversación y a la polémica, y mejor contesta con una respuesta cerrada del tipo: “Gracias, lo tendré en cuenta”, para zanjar la conversación.
- Tu “yo actor” y tu “yo persona” son dos cosas diferentes. Normalmente se ataca a la persona cuando la realidad es que no te conocen en absoluto y sólo han visto una pequeña parte de tu faceta de actor. Los insultos dirigidos al terreno personal pueden romperte el corazón, pero lo cierto es que es una manera muy fácil de saber que el tipo de juicio al que no debes hacer caso en absoluto.
- Preocúpate solo si las críticas negativas son muy numerosas. Si un video en tu canal de Youtube tiene más “no me gusta” que “me gusta”, y te preguntas a qué puede ser debido, ya sabes que lo más seguro es que sea por envidia o simplemente por molestar. Si no tienes una gran audiencia y se trata de votos sueltos, no te debes preocupar lo más mínimo, pues no es significativo. Hasta que tus cifras no sean muy elevadas, lo verdaderamente importante y en lo que te deberás fijar son los comentarios constructivos, pues son los que te aportarán una visión más crítica sobre aspectos concretos.
- Puedes, simplemente, decidir no leer ni prestar atención a lo que la gente opina. Es en cierto modo saludable, y lo que hacen muchos actores. ¡Si tuvieras que hacer caso a las opiniones de todo el mundo…!
Todos necesitamos aprobación
Como actores que somos, de alguna manera, nuestro trabajo es estar en el punto de mira. Algunos somos extrovertidos y otros muy introvertidos, pero para todos nosotros un gran aplauso, una buena crítica o unos comentarios positivos en la Red son a menudo nuestra referencia para saber si lo hemos hecho mejor o peor. Necesitamos sentir que hemos pasado la “prueba”, que somos competentes y hacemos nuestro trabajo bien.
Además, los actores vivimos con mucha presión: hay mucha competencia en nuestra industria, acudimos a numerosos castings en los que no resultamos elegidos, algunos proyectos se acaban cayendo por un motivo o por otro… Nuestra autoestima de actores necesita de vez en cuando un chute de aprobación. El calor de la gente -sea de familia, amigos, público, representante, críticos, directores, otros actores…- es uno de los motivos que nos hacen seguir tirando hacia adelante en nuestra profesión.
Ahora bien, todo esto que nos parece tan bonito puede también jugarnos malas pasadas. Nuestra necesidad de aprobación nos impide tomar riesgos, ya que nuestros esfuerzos se reducen a hacer lo correcto y evitar fallos. Por tanto, ten cuidado: es un arma de doble filo.
Para ser diferente (ser excepcional) debes arriesgar, sentir, vivir el momento, no estar constantemente pendiente de lo que estará pensando el público o la audiencia en ese momento, sino centrar tu atención solo y exclusivamente en tu interpretación, en la conexión con los otros actores de escena y en dar tu 100%.
Enorgullécete de tu trabajo y de lo que has aprendido en vez de centrarte en los aspectos negativos, encuentra tu armonía interior y no necesitarás la aprobación de los demás.
Y ya sabes, no te tomes las críticas siempre como algo personal. Si lo haces, acabarán arruinando tu autoestima y no llegarás a sobrevivir en esa industria. Sería una pena, ¿no?
Recuerda, las críticas son opiniones, no hechos. Trátalas como tal.
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