Todo actor que quiera darse a conocer profesionalmente debe contar con un cuidado material de autopromoción. Es decir, unas buenas fotos, videobook, así como un currículum actualizado, página web o perfil social y otras herramientas necesarias para mostrar su perfil y experiencia a cualquier interesado en su trabajo.
El problema surge cuando los actores se tiran mucho tiempo sin publicar ni enviar este material, pensando que no es lo suficientemente bueno. No por la calidad del material en sí, que puede ser impecable, sino porque piensan que ellos no han estado a la altura: no se ven favorecidos en las fotos, no les gusta como han interpretado los monólogos o escenas de su videobook, piensan que su CV es muy poca cosa, su web esta desactualizada… y podríamos citar miles de ejemplos más.
En definitiva, los contenidos que tienen no les convencen.
Si tu eres uno de ellos, sentimos decirte que puedes estar frenando tu carrera. ¡Que esto no te ocurra!
«¡Estoy obsesionado con la perfección!»
El problema seguramente consista en que eres tan perfeccionista que te cuesta dar por bueno un trabajo realizado. Siempre encuentras una pega u otra forma distinta en que podrías presentar tu material.
Por ejemplo, por mucho que cambias de orden las escenas de tu resumen de videobook, nunca consigue estar a tu gusto. O por mucho que te haces nuevas fotos profesionales, nunca te ves “tan tú” como aquellas que te haces de fiesta y les pones un filtro.
La calidad técnica puede ser excelente, pero en eso no te fijas: te juzgas tanto que saboteas cualquier trabajo que haces.
Está genial querer hacer las cosas bien pero, ¿hasta qué punto comienza a convertirse en un lastre?
Jamás te animaríamos a que enviaras o publicaras cualquier cosa. Todo material de autopromoción necesita estar lo mejor posible, y ser confeccionado respetando una estrategia comercial y unos plazos de elaboración. Sin embargo, debes dedicarle un tiempo relativamente corto a confeccionarlo, y no demorarlo más allá de los plazos que te hayas marcado.
En el momento en que “se te hace bola”, debes buscar una solución: o crear nuevo material con otro enfoque o enviar/mover el que tienes.
¡Al ataque!
Quítate cuanto antes ese temor al rechazo que te impide avanzar. Si no te tiras a la piscina, jamás verás todas las posibilidades y experiencias que consigues mojándote.
No sabes la cantidad de castings que te puedes estar perdiendo, la de gente que podrías haber conocido, y la de proyectos en los que podrías haber participado.
En este sector quien no corre, vuela. Así que es importante que no te quedes parado con la duda de si tu material funcionaría o no. Debes poner cartas en el asunto.
¿Cómo arranco?
- Haz todos los cambios que creas conveniente, pero con agilidad. No tardes en responder emails a quien te confecciona el material, no retrases más tu elección entre propuestas… En definitiva: ten decisión.
- Marca unos plazos para tener el material listo. Por ejemplo, “en el mes de agosto termino todo lo que haya pendiente para empezar a funcionar en septiembre”.
- Ten presente que el material que envíes o publiques no va a ser el único y definitivo que vaya a tener tu audiencia, director, representante… Y es que, transcurrido un breve período de tiempo, deberás ofrecer una evolución del mismo, que servirá como una especie de “recordatorio” de que existes y sigues activo.
Recuerda siempre la frase que dijo Joseph Chilton: “Para vivir una vida creativa, debemos perder nuestro miedo a equivocarnos”.
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