Sois muchos los actores a quienes os da vergüenza hablar de vosotros mismos y promocionar vuestro trabajo artístico, tanto en las redes sociales como en la vida real.
Por ejemplo, puede que a ti te resulte pretencioso el hecho de publicar en Instagram tus fotos profesionales o explicarle tu trayectoria artística a alguien que acabas de conocer.
Seguro que lo último que quieres es que te tachen de fanfarrón, egocéntrico o creído. Por eso, ante la duda, decides contar o publicar otro tipo de cosas, que seguramente son también muy interesantes, pero no te promocionan como artista. De este modo pierdes mucha visibilidad, contactos interesantes y oportunidades de trabajo.
Si la gente no sabe que existes o a lo que te dedicas, ¿cómo quieres que cuenten contigo?
En ese caso, tarde o temprano tendrás que salir de tu zona de confort y exponerte para que el sector te tenga presente. Si no te haces hueco en la mente y proyectos de los demás, otros actores ocuparán tu lugar.
Está claro que necesitas un cambio de enfoque. ¡Esto va por ti, artista!
Aclaración nº1: Promocionarte es bueno y necesario
Promocionarte significa decirle al mundo quién eres y qué haces. ¿Qué puede haber de malo en ello?
No se trata de vender humo inventado o exagerando aspectos de ti que no son del todo ciertos, y tampoco consiste en hacerte de menos dando poca importancia a los pasos que vas recorriendo.
Se trata de que los demás conozcan a qué estás dedicando tu vida, cómo piensas, los logros que consigues, las lecciones que aprendes… En definitiva, estás informando sobre lo que haces y te apasiona.
Te sorprendería cómo a los demás, lejos de parecerles egocéntrico, les resultas de lo más interesante. Y ese es el primer paso para que te contraten, te recomienden o cuenten contigo.
En el mundo digital, las redes sociales son una herramienta poderosísima para dar a conocer tu marca personal. Sin embargo, si crees que las que tienes actualmente no te sirven para promocionar tu trabajo (porque, por ejemplo, están llenas de contenido personal que te da pena eliminar), lo ideal es que te crees unas cuentas nuevas que sean profesionales en las que puedas mostrar tranquilamente, y con una estrategia determinada, tu trabajo de actor o actriz.
Por otro lado, en el mundo real, también es necesario tener siempre el chip de darte a conocer. Saber describirte en uno o dos minutos, no tener miedo de compartir tu historia con los demás y llevar siempre tus tarjetas de visita encima, son algunos de los hábitos que debes adquirir.
Aclaración nº 2: Los demás también tienen mucho que decir
Es muy importante que el foco lo pongas siempre en los demás, en un doble sentido:
Por un lado, todo lo que publiques en medios digitales, o cuentes cara a cara, debe resultar interesante para la persona que lo lea o lo escuche.
Lo importante no es lo que digas, sino lo que ellos entienden y sienten. Por tanto, olvídate del yo-yo-yo, y dirige tu mensaje a los demás. Se trata de que esa curiosidad inicial vaya en aumento, y que quieran saber más de ti (en vez de eliminarte por pesado u olvidarse de que existes). Si empatizan y sienten cercanía contigo, se creará un buen ambiente en el que podrás seguir lanzando nuevos mensajes.
Por otro lado, no puedes centrar en ti todas las conversaciones presenciales o interacciones virtuales. ¡No hay nada peor que alguien que no sepa escuchar!
Pregunta a los demás, interésate por su trabajo, interactúa o felicítales por sus avances profesionales… y escucha con atención todo lo que te cuenten. Ya verás como dando pie a la otra persona para que se promocione, a ti te resultará facilísimo hacerlo a continuación.
En definitiva, si quieres que se interesen por ti, primero deberás hacerles sentir cómodos, tanto contigo como con ellos mismos.
Ahora que ya sabes lo importante que es hablar de ti con orgullo, el siguiente paso es ponerlo en práctica y promocionar tu trabajo tanto online como offline.
Si no tienes ni idea de cómo hacerlo, puedes descargarte gratis un listado con 25 ideas para tu Instagram de actor o actriz (que puedes utilizar también en tus otras redes). ¡La falta de inspiración ya no es una excusa! 😉 Nos vemos en el próximo post.
