Si para la mayoría de las personas, la competencia que existe en su entorno profesional es una fuente de estrés y ansiedad, en nuestro caso, el mundo de los artistas, puede serlo aún mucho más.
No nos queda otra que estar constantemente buscando nuevos proyectos para poder vivir de lo que nos apasiona, o ser representados, o ser, simplemente, vistos. Y al no tener un trabajo fijo que nos haga sentir seguros, nos genera una presión enorme el saber que todos estamos luchando por lo mismo.
Sin embargo, debemos ir aceptando que la competencia en nuestro sector es y seguirá siendo algo inevitable. Por eso, has de aprender cuanto antes a manejarla de manera saludable, transformando esta presión en una oportunidad de crecimiento personal y profesional.
En este post, exploraremos estrategias prácticas para sobrellevar la competencia y convertirla en una herramienta positiva.
¿La competencia es realmente negativa?
Lo primero de todo, deberíamos entender que la competencia que existe entre actores y actrices no es en sí negativa, sino incómoda.
Y decimos que no es negativa porque, aunque no nos guste la sensación que nos produce, realmente puede cumplir una función importante: ser una fuerza motivadora que nos empuja a mejorar nuestras habilidades artísticas y alcanzar nuevas metas.
Eso sí, para lograrlo debemos entenderla bien. Está en nosotros tomar uno de los dos caminos: seguir bloqueados por ella, o ayudar a que nos impulse.
Esto es lo que pasa cuando la competencia nos bloquea
Las actrices y los actores nos comparamos constantemente, y esto nos hace sentir inferiores. Es por ello por lo que acabamos cayendo en trampas como estas:
- Nos vendemos peor al presentarnos en persona o ante la cámara, sintiéndonos más inseguros e infravalorándonos.
- Empezamos a hacer una campaña de búsqueda de repres por los más “normalillos” en vez de por los más top, porque “quién soy yo para que me represente esa u otra persona”.
- Evitamos ir a por los grandes papeles, ya que “siempre habrá alguien mejor”.
- Perdemos el foco, centrándonos en conseguir más seguidores que el resto, cuando en realidad sería mejor usar esas horas para buscar nuevos castings que nos permitieran trabajar más, o crear nuestros propios proyectos teatrales o audiovisuales.
- …
Coges la idea, ¿verdad?
Si nos movemos de puntillas en el terreno profesional, entonces es muy poco probable que demos el gran salto que tanto llevamos esperando.
Esto es lo que pasa cuando la competencia nos impulsa
La competencia, cuando se maneja bien, puede ser convertirse en un catalizador para nuestro crecimiento personal y profesional:
- Mejora nuestra preparación: rodearnos de otros intérpretes con talento nos ayuda a no conformarnos y a seguir esforzándonos para dar lo mejor de nosotros mismos.
- Perfecciona nuestras habilidades: nos motiva a tomar clases adicionales, asistir a talleres y buscar nuevas técnicas que nos ayuden a destacar en nuestras actuaciones.
- Nos hace crecer y evolucionar: la competencia nos impulsa a reflexionar sobre nuestras metas y a trabajar arduamente para alcanzarlas. Este proceso de autoevaluación y crecimiento personal nos ayuda a mejorar tanto como artistas como individuos.
- Aumenta nuestra creatividad: la necesidad de diferenciarse del resto nos anima a explorar nuevas formas de expresión artística, lo que enriquece nuestras interpretaciones y hace nuestro trabajo más interesante. También tomamos más riesgos a la hora de vendernos y hacernos ver…
¿No es maravilloso? Podríamos seguir y seguir.
Cómo cambiar el chip
No pretendemos que este tema te deje de afectar de la noche a la mañana (eso sería imposible), pero ya has dado el primer paso: aceptar que la competencia con otros artistas siempre estará ahí y que necesitas deconstruir algunas de las creencias que te están limitando a la hora de avanzar.
Para cambiar tu mentalidad es fundamental:
- Reconocer cómo te sientes acerca de otros actores y actrices y poner nombre y apellidos a esos sentimientos. Por ejemplo: envidia, inseguridad, frustración, ira, ansiedad…
- Identificar qué situaciones detonan estos sentimientos.
- Observar lo que te dices a ti mismo o a los demás cuando sientes esa competencia.
- Ser cada día más consciente de ello y seguir observándolo.
- Aceptar esas emociones, sin juzgarte ni culparte.
- Trabajar formas de manejarlas, para que no lleguen a dominarte.
¿Y cómo se trabaja todo esto?
Puedes hacerlo de muchas maneras:
- Leyendo mucho sobre el tema, para ir reenfocando tu mentalidad poco a poco.
- Dejando de medir tus progresos en base a lo que hacen los demás, sino en tus propios logros.
- Recordando por qué elegiste actuar en primer lugar y centrándote en esa pasión que te empuja.
- Buscando el apoyo de amigos y familiares que te escuchen, te hagan ver otras perspectivas y te ayuden a relativizar las situaciones que te afecten especialmente.
- Pidiendo ayuda profesional si crees que la necesitas.
Y sobre todo, celebrando los logros de los demás.
Ver tus compañeros triunfar no disminuye tus propias oportunidades. Al contrario, te recuerda que el éxito es posible. Apoyaros los unos a otros crea un ambiente positivo, fortalece vuestra red de contactos y os suma a todos.
Si quieres saber cómo hacerlo, puedes leer nuestro otro post: Entre actores, ¿rivales o compañeros?
Cada artista tiene un recorrido único, y al apoyarnos mutuamente podemos crear un sector mucho más fuerte y solidario.
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