Los castings o audiciones forman una parte muy importante de la carrera de cualquier actor. Por eso, al margen de conocer las distintas partes que componen la prueba, aprender qué es lo que se busca y cómo hemos de hacerlos, muchos de nosotros aún debemos cambiar nuestra perspectiva mental para olvidar esa ansiedad que nos producen. Sólo de esta manera empezaremos a disfrutarlos como es debido.
No deja de ser sorprendente que, desde el punto de vista de un director de casting, sólo a un porcentaje muy pequeño de actores se les nota en la cara que están disfrutando de verdad y no afrontando un examen. Si eres capaz de ser uno de ellos, de los que aman los castings y muestran su pasión por la interpretación, tendrás muchos más puntos a tu favor a la hora de que te consideren para el papel.
Disfrutar del proceso
Los primeros castings son siempre los más complicados. Actúan como una especie de introducción en la que aprendemos cómo funciona la industria y todos tendemos a ponernos muy altas expectativas y mucha presión.
Después iremos perdiendo los nervios, pasándonoslo mejor y depurando nuestra técnica. Descubriremos que nuestro vestuario jugará un papel importante en nuestra confianza o energía, también nuestra alimentación, encontraremos ciertas técnicas que aumentarán nuestra concentración… poco a poco todos esos pequeños detalles irán dándonos más seguridad en nosotros mismos y nos ayudarán a que disfrutemos más.
Es un proceso por el que todos los actores debemos pasar.
Las pruebas salen mejor
Uno de los beneficios de ir con mente positiva a un casting es que combates los nervios mejor. La intranquilidad no te la quita nadie, pero la empiezas a ver como parte del proceso, y hasta le coges cariño. Ese subidón de adrenalina de cuando dicen tu nombre para entrar, al pasar por la puerta y saludar al director, y cuando llega el momento de darlo todo, ¿verdad? 😉
Como dijimos antes, existen muchas más posibilidades de que el director escoja a alguien que se ha divertido y no a alguien que lo ha pasado mal. Las emociones se contagian y si disfrutas del casting lo más seguro es que hagas disfrutar también al director. ¿O es que tú sí escogerías a un candidato negativo, quejica, infeliz, inseguro, serio o desesperado?
Por tanto, transmite tu entusiasmo por conseguir el trabajo y las cosas te irán mejor.
Habrá momentos malos
Este negocio nunca ha sido ni será justo, pero ya sabíamos dónde nos metíamos cuando decidimos ser actores. Estamos acostumbrados a que la gente nos diga que estamos locos, que por qué queremos vivir de una industria tan complicada. Y nosotros les respondemos siempre con lo mismo: PORQUE NOS ENCANTA ACTUAR. Sentimos pasión por lo que hacemos; es una verdadera vocación.
E ir a pruebas de casting es algo que debemos hacer si queremos trabajar. Entonces, ¿por qué amargarnos?
Una prueba nunca sucederá tal y como la habíamos planeado. En ocasiones ocurrirán cosas que no nos gustan y minarán nuestra motivación: desprecios de los directores, malentendidos… ¿De verdad nos merecíamos eso? Por desgracia es algo que pasa y seguirá pasando. Como también puedes encontrarte directores simpatiquísimos y con los que te sientas la mar de a gusto. Teniendo esto muy en cuenta y a fin de mejorar nuestro pensamiento positivo, lo que debemos pensar es: ¿qué está bajo nuestro control y qué no?
No está bajo tu control el tiempo que tienes que esperar, la manera en la que te habla el director y, en general, cualquier imprevisto que suceda en la sala de casting. Bajo tu control sí está el llevar bien estudiado el papel, el hacerlo lo mejor posible, el ser educado y mostrar que eres una persona profesional y con ganas de trabajar.
Las únicas cosas que puedes cambiar son las que están bajo tu control. Si no fuiste suficientemente preparado o tu actitud fue más pasiva que otras veces, eso sí lo puedes cambiar, y es en lo que tendrás que trabajar para la próxima vez. A partir de ahora tendrás que aprender a dejar pasar todas esas situaciones en las que alguien fue injusto contigo porque, ¿sabes qué?, no fue tu culpa. Intenta rebajar esos sentimientos de rabia y frustración y céntrate en lo que sí pudiste hacer: disfrutar y dar tu 200%.
¿Y el secreto? Creer en ti mismo.
No seas tu mayor crítico. Sé tu mejor fan.
Y recuerda, no se acaba el mundo por una audición.
¿Cómo han sido tus experiencias en tus pruebas de casting? ¿Crees que ibas con la actitud adecuada o te notabas inseguro y a la defensiva? ¿Nos cuentas qué te ha parecido este artículo? ¡Vamos, no te cortes, déjanos un comentario! Estamos deseando escucharte 🙂
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