Guiones de cine, libros, videojuegos, musicales, series de TV, obras de teatro… Sea en el medio que sea, los siguientes tres elementos estarán presentes: el texto, el contexto y el subtexto. Todos son muy importantes para el actor, y por ello es fundamental que los entiendas y que los domines.
Veamos la diferencia:
Texto
El texto es el guion escrito. Está formado por palabras, contiene títulos, párrafos, etc., y puede estar redactado en forma de monólogo o de diálogo.
En el texto figuran los personajes, las líneas que debe memorizar cada uno de ellos y descripciones sobre los acontecimientos. Por tanto, dos actores que representan el mismo personaje del mismo guion tendrán siempre el mismo fragmento de texto.
Contexto
El contexto son las circunstancias en las que transcurren los hechos que figuran en el texto, es decir, el entorno y el momento en el que se desarrolla la historia.
Es lo que le da sentido al texto. Por eso, para poder interpretar correctamente un personaje, deberás conocer siempre el contexto en el que se desarrollan las líneas de su guion. En algunos trabajos el guionista te proporciona parte de ese contexto y el director te dará siempre pautas adicionales.
Relacionadas con el contexto, podemos oír varias palabras o expresiones:
- Contextualizar es poner en contexto una situación aislada de la que en principio no tenemos referencia, o tenemos muy poca, de los elementos que la rodean. Es lo que hacemos cuando analizamos un texto y nos informamos con más profundidad sobre la época determinada en la que transcurre la historia, la gente y sus costumbres para poder entenderlo y trabajarlo mejor, o nos documentamos sobre la enfermedad a la que se enfrenta nuestro personaje.
- Pero también puede ocurrir todo lo contrario. Si no entendemos bien las circunstancias en las que transcurre el texto, nuestra interpretación corre el riesgo de quedar fuera de contexto.
Subtexto
El subtexto son todas aquellas ideas y emociones que se encuentran implícitas dentro del texto.
Como actores debemos dar mucha importancia al subtexto y es imprescindible que lo analicemos y lo encontremos antes de representar cualquier papel. Es, para entendernos, la diferencia que hace que una línea de texto suene vacía, o por el contrario completamente real y llena de significado. Por ejemplo: “¡Qué lugar más bonito!” podría significar “me encantaría que este momento durara siempre”.
Construir un personaje conlleva algo mucho más profundo que la simple memorización de tu parte. Aprenderte el texto es necesario, pero no suficiente, y de la manera en la que interpretes el subtexto cambiarás completamente el mensaje de lo que estás transmitiendo.
Por esta razón es tu labor encontrar el subtexto cuando analices el guion, y para ello deberás hacerte preguntas como estas: ¿qué conflicto existe en la escena?, ¿cómo se siente el personaje?, ¿está enfadado, lleno de orgullo, completamente feliz?, ¿qué lleva al personaje a responder de esa manera?, ¿qué objetivo trata de conseguir?
Como puedes ver, el subtexto hace más complejos a los personajes, más interesante el argumento y enriquece la obra.
Algunos ejemplos…
Por si aún te quedaba alguna duda, hemos creado un tabla con varios ejemplos básicos que seguro que te ayudan a comprender la diferencia entre los tres elementos mucho mejor.
Texto | Contexto | Subtexto |
Si te digo la verdad, no lo se… | Perdidos en una isla misteriosa | Sin esperanza, al borde de la lágrima |
¿A qué te refieres? | Saliendo de un restaurante abarrotado de gente | Momento terriblemente embarazoso |
¡Por fin apareces! | Frente a la televisión de casa, entrada la noche | Irónico, enfadado |
Si quieres saber cómo analizar el subtexto, no te pierdas nuestra entrada 6 pasos para analizar y trabajar el subtexto.
Cuéntanos, ¿qué métodos utilizas para analizar un texto y sus correspondiente contexto y subtexto?
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