Dominar al arte de la escucha es un deber del actor. Si no escuchas correctamente a tus compañeros nunca podrás reaccionar emocionalmente a su parte del diálogo.
Diferencia entre oír y escuchar
En ocasiones, cuando estamos con alguien, le oímos hablar pero no escuchamos activamente sus palabras ni las emociones con las que vienen acompañadas. Escuchar significa concentrarte en lo que el otro actor expresa, sea verbal o no verbal. De esta manera podrás incluso escuchar el silencio.
Por lo tanto, nunca “hagas” que escuchas. A menudo la mente de un actor está concentrada en recordar las siguientes líneas del guión en vez de escuchando como debería, y responde con la emoción que creen propia para ese momento aunque sea necesariamente la adecuada. Los síntomas más comunes son asentir o negar con la cabeza mientras tu compañero dice su parte. Pero, ¿cómo saber si puedes estar de acuerdo o no con el otro actor cuando no ha acabado todavía de expresarse?
Cuando escuchas activamente no reaccionas necesariamente de la manera en la que habías pensado que lo harías, sino de una manera más orgánica y natural.
Si sientes cualquier preocupación -como vergüenza o inseguridad-, o te pasa cualquier cosa por la cabeza en el momento de actuar, todo esto te estará distrayendo de la escucha.
Escucha – reacción
Actuar consiste en escuchar y reaccionar. Por eso, si realmente te involucras en la escena escuchando a los otros actores resultas mucho más interesante.
Un ejemplo lo podemos encontrar en el montaje: Cuando un editor monta la escena no siempre escoge los planos en los que el actor habla, sino también en los que reacciona. Pequeños gestos de reacción en cámara pueden marcar una gran diferencia en el montaje y, por tanto, en el resultado final de la escena.
¡Mejora tu habilidad de escucha y serás más efectivo en pantalla!
Ejercicios para mejorar tu escucha
Te ofrecemos dos ideas para mejorar tu escucha:
- Escucha en público. Cuando vayas a una cafetería o estés en el metro, escucha a la gente de alrededor y analiza las emociones que escuchas con cada voz.
- Trabaja con un compañero que pueda variar sus tonos emocionales con la misma pieza de diálogo. De esta manera basarás tus reacciones en las emociones que te han sido dadas. No sólo se puede practicar con emociones como euforia, tristeza, sospecha o enfado, sino creando diferentes tipos de energía.
- Improvisa. La improvisación es un excelente ejercicio para basar tus reacciones en lo que has escuchado de tus compañeros y hacer que al final la escena tenga sentido.
Escuchar no consiste sólo en activar tus oídos, sino el resto de tus sentidos.
Todo buen actor domina el arte de la escucha. ¿Lo dominas tú?
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