Seguro que más de una vez has escuchado eso de “la intención” del personaje, pero puede que no tengas claro de qué se trata o cómo deberías buscarla. Si tienes la intención (y nunca mejor dicho) de saber todo sobre la “intención del personaje”, has llegado al lugar adecuado. Después de leer este post te quedará tan claro que tendrás un recurso más que podrás trabajar como actor 🙂
¿La intención es lo mismo que el objetivo del personaje?
No exactamente. Te vamos a explicar en lo que nosotros, al igual que muchos profesionales, entendemos que se diferencian…
Lo primero es lo primero: un personaje solo está en pantalla o sobre el escenario porque quiere algo. Y eso que quiere, es el objetivo.
Por ejemplo: escapar de algún lugar, probar su inocencia, vengarse, llegar a casa, etc. Como puedes observar, todos estos objetivos están definidos por un verbo. ¡Es un pequeño truquillo que puedes utilizar cuando analices tus escenas! 😉
Una vez sabemos lo que el personaje quiere conseguir, lo siguiente será conocer un poco más a fondo por qué tiene esa necesidad emocional. De ahí, surge la intención.
Nuestro personaje no solo quiere algo, sino que lo desea como si no hubiera otra cosa en el mundo. Debemos preguntarnos: ¿Por qué mi personaje se metería en tal situación para alcanzar su objetivo? Parece muy urgente o le afecta mucho…
La intención no aparece porque sí. Viene de una situación determinada que toca claramente al personaje, suele tener que ver con un problema personal no resuelto de su pasado y le mueve a tomar acción. Por eso el personaje se comporta de la manera que se comporta.
El objetivo, por tanto, se alcanza a través de la intención, y esa intención es lo que lleva a la acción. Si, la acción es el tercer y último concepto para que entiendas todo esto. (¡Tranquilo, que ya no te liamos más!) En resumen: Objetivo -> Intención -> Acción.
¿Por qué es tan importante la intención?
Porque es lo que ayuda a hacer a la historia interesante y a mantener al espectador pegado al sillón, la butaca o donde sea que se encuentre.
Es decir, construye el drama.
¿Y si me olvido de la palabra “intención”?
Es muy común confundir el objetivo con la intención, ya que van siempre de la mano. De modo que, si a ti te sirve pensar que es lo mismo, perfecto.
Hay métodos que prefieren olvidarse de estos dos conceptos y lo explican de otros modos, pero siempre con la misma finalidad: entender el texto e implementarlo. Y otros profesionales deciden englobar estas ideas bajo el mismo término, sea como sea que lo acaben llamando.
Así pues, lo importante es que entiendas la idea y, después, la definas como quieras. En definitiva, como actor, en lo que debes centrarte es en encontrar la verdad en tu personaje para que puedas actuar de manera orgánica y natural. Al final, eres tú quien debe encontrar el método que mejor te funcione.
Nuestro propósito con este post, aun así, es explicártelo, porque seguramente lo oirás bastante a menudo a lo largo de tu carrera artística y, por tanto, es importante que sepas de qué se trata.
¿Cómo encontrar esa intención?
Es muy fácil. Solo tienes que hacerte esas preguntas:
- ¿Qué quiere el personaje en la escena? ¿Conseguir atraer la atención de alguien? ¿Entrar a escondidas en la oficina de su jefe? ¿Adoptar un hijo? ¿Subirse al autobús? ¿Pedir matrimonio? (Recuerda, ¡encuentra los verbos para definir el objetivo!).
- ¿Qué es lo que obstaculiza a tu personaje el conseguirlo? En todo buen guion siempre existe algún conflicto.
- ¿Por qué motivo desea tu personaje alcanzar ese objetivo, a pesar de todos los obstáculos que se le puedan cruzar por el camino? Al preguntarte esto, encontrarás la intención. Recuerda que tiene que ser algo que lleve a tu personaje a tomar acción.
Y, para terminar, permítenos darte un último consejo:
No trates de encontrar intenciones que no tengan nada que ver con la historia. Intenta que sean relevantes para tu personaje y evita irte por las ramas.
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