Últimamente nos llegan muchos casos de actores agobiadísimos porque reciben críticas destructivas, comentarios falsos o incluso insultos a través de Internet, revistas especializas, programas de televisión… y sienten que todo lo construido y su honor se desmoronan.
Y es que cuando haces cualquier trabajo interpretativo te expones al aplauso del público, pero también a su rechazo. A medida te vas haciendo más conocido, consigues más gente que te apoya, pero también más haters.
Hace un tiempo publicamos un post en el que explicábamos desde un punto de vista artístico cómo reaccionar a las críticas negativas, pero hoy vamos a tratar este asunto desde el punto de vista jurídico. Ya sabes que nos gusta darte siempre ese doble asesoramiento, artístico y legal.
¿Todo vale? ¿La ley está de mi lado o contra mi?
Aprendiendo un poquito de derecho…
El derecho al honor es un derecho fundamental que protege tu buena reputación o fama, protegiéndote frente a comentarios que te desacrediten.
Sin embargo, en este juego participan otros dos derechos que le hacen frente: el derecho a la información y el derecho a la libertad de expresión. ¿Quieres saber cuál gana cuando chocan entre ellos?
Libertad de información Vs derecho al honor
Imagina que un profesional de la información (por ejemplo, un periodista) afirma públicamente que tienes una relación extramatrimonial, que tomas drogas o que eres un maltratador.
Aunque depende siempre del caso concreto, te diremos la regla general para saber quien gana en este conflicto: para que el derecho a informar tenga preferencia frente al derecho al honor, será necesario que se den dos requisitos:
- Que la información sea veraz (que esté comprobada);
- Que sea relevante públicamente. Es decir, no vale que dé morbo, sino que tiene que ser de interés general.
Pongamos un par de ejemplos para que lo entiendas bien. Si se ha comprobado que has robado, ganará el derecho a informar sobre el derecho al honor, porque es un tema veraz y relevante para la sociedad. Sin embargo, si te acusan de ladrón sin fundamento, ganaría tu derecho al honor.
¡Veamos otro ejemplo para que quede claro del todo! Supongamos que publican que es muy difícil rodar contigo porque te llevas mal con todo el mundo, lo que provoca que no te escojan para un papel. Puede que sea verdad, pero no es relevante públicamente, por lo que ganará el derecho al honor.
Libertad de expresión Vs el derecho al honor
Puede que te pase lo mismo que le ocurrió a una actriz que ayudamos esta misma semana: grabó con mucha ilusión un anuncio y ahora está siendo criticadísima. ¡La pobre tenía una angustia…!
En estos casos, primero debes diferenciar si esos comentarios que tanto te están doliendo son hacia ti (o tu trabajo de actriz), o si son hacia el anuncio o proyecto en general.
Sólo en la primera opción, es decir, si son hacia tu persona o tu trabajo, podremos entrar a valorar si se está vulnerando tu honor.
Parece que hoy en día, gracias a la liberad de expresión, se puede decir de todo sin que pase nada. Gracias al ficticio anonimato de Internet, mucha gente se anima a insultar, criticar o mentir sin pensar en las consecuencias.
¡Pero veamos quien gana en este juego! Cuando recibas expresiones humillantes o insultantes, primará tu derecho al honor frente a la libertad de expresión. Mientras que cuando recibas críticas duras o comentarios de mal gusto, ganará la libertad de expresión.
Todos los trucos que te hemos comentado son bastante generales, y varían en función de las circunstancias, la gravedad del daño causado, la proyección pública que tengas, y la intención de quien los hizo. Por tanto, si sientes que tu honor ha sido vulnerado, cuéntaselo rápido a nuestros abogados para que defiendan tu reputación. Decimos rápido, porque para algunas acciones legales hay un plazo muy cortito. Ya verás como esta noche duermes más a gusto. 🙂