Grabar una escena con múltiples cámaras o con una sola dependerá en gran medida de la estética que quieran dar los productores a la obra audiovisual.
A los actores no nos viene mal repasar algunos fundamentos técnicos de nuestro oficio de vez en cuando, y por eso hoy queremos explicarte los pros y los contras que tienen ambos estilos de grabación. Tarde o pronto deberás enfrentarte a los dos, así que cuanto mejor los entiendas mejor te podrás adaptar a uno o al otro.
Multicámara
Este método consiste en grabar al actor o actores desde múltiples perspectivas con varias cámaras a la vez, de manera sincronizada. El actor, por tanto, solo tiene que actuar una vez para registrar los diferentes planos, a no ser que se necesite repetir la escena.
La técnica multicámara funciona de la siguiente manera: las dos cámaras de los extremos suelen grabar los planos más cerrados de los personajes principales, y las cámaras centrales graban los planos master u otros de apoyo.
Para que te hagas una idea, este tipo de método de grabación se emplea sobre todo en los programas de televisión (noticias, concursos, etc.), en las telenovelas y en las comedias sitcoms, es decir, aquellas en las que nunca vemos una de las paredes del set como en Aída, Big Bang Theory o Friends.
El motivo de grabar en televisión tan a menudo con multicámara es porque se utilizan menos recursos y demanda mucho menos tiempo de producción, lo que además resulta mucho más barato.
También se utiliza en cine por motivos prácticos a la hora de grabar algunas escenas de acción. Los recursos empleados para crear explosiones, efectos, etc., pueden ser tan grandes o tan costosos que capturando múltiples ángulos al mismo tiempo se evita tener que repetir la escena muchas veces.
Monocámara
Seguro que en estos momentos te estás preguntando: “Pero si grabar con múlticámara es más barato y rápido a la hora de conseguir resultados, ¿por qué no se graba siempre de ese modo?
Para entenderlo, empecemos explicando en qué consiste la técnica monocámara:
En este método cada plano de la escena se graba independientemente, con una sola cámara. Es decir, se graba la escena, se mueve la cámara y se vuelve a grabar la escena desde una nueva posición. Digamos que la cámara filma todos los elementos necesarios y luego en postproducción se moldea el resultado final.
Lo bueno que tiene utilizar este método es que, al diseñar cada plano por separado, las películas logran un mayor realismo, ya que existe mayor libertad en términos de edición, lentes específicas utilizadas, iluminaciones más pulidas o diferentes distancias en la posición de cámara con lo que se desea mostrar. Como consecuencia, la relación entre el actor y el espectador es más cercana.
Para que lo entiendas mejor, al utilizar varias cámaras no es necesario iluminar y mover el ángulo de la cámara para grabar de nuevo desde un ángulo diferente. La luz, por tanto, está mucho menos optimizada y esto hace que se suelan buscar soluciones intermedias entre el ángulo ideal y la luz ideal, comprometiendo siempre alguno de estos aspectos. También existe menos flexibilidad para colocar el equipo: puede no encontrarse la posición ideal para el pertiguista, para los micrófonos ocultos o para otros complementos de iluminación, por poner algunos ejemplos.
Por tanto, los estilos visuales que podemos conseguir con la técnica multicámara son bastante más limitados, mientras que con la monocámara los planos resultan más depurados, limpios y crean un look más de “película”.
En televisión, según se diseñe el programa o la serie se opta por una técnica o la otra. En los últimos tiempos el espectador se está volviendo más exigente con las series, y por eso cada vez se utiliza más la monocámara, para obtener una calidad superior. En cine y la publicidad, por su parte, se suele grabar con una sola cámara.
¿Y esto, en qué se traduce para el actor?
Como actor, la múlticámara te ofrece algunas ventajas. Por ejemplo, como habrás adivinado, al no tener que cortar las tomas en cada escena, puede resultarte más fácil conectar con tus compañeros de reparto.
Podríamos decir que se trata de un estilo de interpretación bastante más teatral, espontáneo y genuino, aunque nunca debes olvidar cuidar el ritmo y la cadencia del diálogo, porque estos elementos se verán reflejados en el producto final.
La técnica monocámara puede resultar más arriesgada para el actor inexperto en cuestión de mantener el raccord. Aunque los actores nos dejemos llevar por el momento al interpretar, debemos fijar también ciertos movimientos o posiciones para que la escena se pueda editar correctamente.
Este método, por otro lado, nos da la libertad para recalcar ciertos matices de nuestra interpretación, como miradas o expresiones según sepamos el tipo de plano que se esté grabando en cada momento.
Cuéntanos, ¿has trabajado con ambas técnicas? ¿Qué experiencias has tenido tanto con monocámara como con multicámara? No olvides dejar tu comentario y compartir tus experiencias con el resto de gente Premiere 🙂
