Si te dedicas al sector audiovisual o teatral en España, es fundamental que sepas en qué consiste el famoso “IVA cultural”.
Y es que muchas veces lo escucharás en conversaciones, charlas o reivindicaciones de nuestro gremio. Por eso es importante que estés informado, para que puedas dar tu opinión o, simplemente, entender bien cómo funciona.
Sabemos que el tema de impuestos no es precisamente lo que más te apasiona en éste mundo, pero te lo vamos a explicar de forma tan sencilla que seguro que te resulta hasta interesante 😉
Empecemos por el principio. ¿Qué es el IVA?
El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) es un tributo que se aplica al consumo.
Es decir, es el porcentaje que se añade al precio que pagas cuando compras algo o recibes algún servicio.
Si te fijas en cualquier ticket o factura que recibas, encontrarás el precio de lo que cuesta el producto o servicio, más el porcentaje correspondiente de IVA.
¿Y cuáles son estos porcentajes?
En España, en estos momentos, tenemos tres escalones, y aplicaremos un porcentaje u otro dependiendo de lo necesario que se considere el producto o servicio en cuestión. Por ejemplo, los más imprescindibles, como el pan, pagarán menos IVA, y los menos imprescindibles, como una botella de alcohol, pagarán más IVA.
Estos tres escalones, o tipos de IVA, son:
- 21%: tipo general: es el que se aplica de forma general a todos los productos o servicios que no tengan algún tipo de reducción. Por ejemplo, ropa, coches, electrodomésticos, peluquería, gasolina…
- 10%: tipo reducido: lo encontrarás, entre otros, en la compra de agua y hielos, flores, alimentos en general, compresas y tampones, transporte, restaurantes, medicamentos para animales…
- 4%: tipo súper reducido: está asignado a productos y servicios muy concretos y esenciales para vivir, como por ejemplo, los alimentos más básicos (huevos, leche, fruta, verdura, cereales…), medicamentos para personas, sillas de ruedas…
Por último, tenemos los productos o servicios no sujetos a IVA, es decir, a los que no se les aplica ningún tipo de porcentaje, como pueden ser los sellos de Correos.
¿Y el IVA cultural?
El “IVA cultural” es un término coloquial que se refiere a la compra de productos o servicios relacionados con la cultura y el ocio.
La polémica se desató porque, hace años, muchos de éstos productos o servicios culturales pasaron de tener un tipo reducido a uno general (21%), aumentando los precios, desanimando a la gente a consumir cultura y, por tanto, perdiendo muchos empleos.
Por suerte, éste tema no se ha paralizado, y recientemente se han aprobado unas cuantas reducciones en algunos productos o servicios concretos, aunque todavía queda bastante camino por recorrer.
Por ejemplo, hubo una medida muy aplaudida que redujo del 21% al 10% el IVA de las entradas a espectáculos en vivo, como el teatro, pero no se aplicaba a las entradas al cine. Un año después, pagar por ir a ver una película al cine conseguiría también ese 10%.
Y llegamos al momento clave. ¿Recuerdas los tres escalones o tipos de IVA que te comentamos antes, verdad? Pues en el caso del IVA cultural, a día de hoy, esto es lo que incluye:
- 4% tipo súper reducido: los libros, revistas y periódicos que no tengan sólo publicidad.
- 10% tipo reducido: la entrada a salas cinematográficas (¡por fin!), bibliotecas, museos, galerías de arte, pinacotecas, teatros, circos, conciertos, y cualquier otro espectáculo cultural en vivo. También la entrada a ferias y exposiciones comerciales. Por otro lado, ¿leíste nuestro post del Estatuto del Artista? Otra de las medidas que se aprobaron las pasadas navidades, derivadas de ese informe, fue la reducción del 21% al 10% de los servicios que prestáis los artistas, técnicos y directores a los organizadores de obras teatrales y musicales y a los productores de películas (de momento, sólo aplicable a personas físicas, no a empresas).
- 21% tipo general: los libros electrónicos (¡es bastante incomprensible que a los de papel se les aplique el 4% y a los electrónicos al 21%!), los CD’s, plataformas online para ver películas y series, como Netflix o HBO… El tema de las plataformas es una de las principales reivindicaciones en éstos momentos, ya que no tiene mucho sentido que si ves una película en Movistar+ pagues un 21% de IVA, pero si vas al cine a verla, tan sólo un 10%.
Por último queremos advertir que, aunque en los últimos años se hayan reducido algunos de los porcentajes, en la mayoría de los casos esa reducción no se ha visto reflejada en el precio del producto o servicio final. Es decir, la entrada de cine o de teatro sigue costando prácticamente lo mismo, solo que ahora en vez de llevárselo el Estado, se lo llevan las empresas.
En nuestra opinión, hay que facilitar a la gente el acceso a la cultura y al ocio, empezando por el precio que se paga por su consumo. Que no se vea como un privilegio o un lujo caro, sino como una opción viable y asequible.
Y es que, en un mundo ideal, la cultura debería enriquecer nuestras vidas, sin empobrecer nuestros bolsillos.
¿Crees que los porcentajes aprobados actualmente son justos o cuáles son los que reducirías o aumentarías tú?